“Someone I loved once gave me
a box full of darkness.
It took me years to understand
that this too, was a gift.”
M. Oliver
Leí en alguna parte que en Japón utilizan una curiosa técnica para reparar la cerámica: se llama Kintsukuroi.
En el Kintsukuroi no usan pegamento, usan oro fundido. El metal se cuela entre las grietas y une las piezas y todo encaja de nuevo. Para cuando el oro se ha secado, el jarrón es otro. Ahora tiene betas doradas, cicatrices que recuerdan que un día se rompió o lo rompieron. Y curiosamente, ahora que se ha roto es más bonito.
Siempre he oído que las personas deberíamos conservar la inocencia de cuando éramos solo unos niños. Cuando no nos enterábamos de nada y no podían rompernos, de cuando éramos invencibles.
Y toda esa historia de los jarrones, del oro fundido, del romperse y volverse a unir después, me hizo pensar en lo tremendamente interesantes que son las personas que se han roto alguna vez. Y me vinisteis muchos a la cabeza y otros tantos que aún no conozco.
Y se me ocurrió que, de alguna forma solo puedes convertirte en dos cosas en esta vida: artesano o chapuzas.
Porque te romperás, todos lo hacemos.
Aquí hemos venido a jugar señores y el que no ha sufrido nunca es porque en su momento prefirió quedarse en el banquillo comiendo pipas.
Y qué aburrimiento de vida.
Pero piénsalo, si todo lo que te ha pasado, todo lo que querrías borrar fuera quien eres hoy. Si la noche en que tu novia del instituto te plantó y el día en que tu profesor te dijo que no valías fuera la persona que está leyendo esto. Y todo lo que querías y perdiste fueran tus cicatrices.
Siéntete orgulloso de tus batallas, de tus no y tus sí, de tus errores y tus tropiezos. Sonríe cuando pienses en todo eso, porque eres un jarrón roto y reparado, el resultado de todo lo que te ocurrió. Y si en vez de dejar que te destruya haces que resulte transformador, si dejas que eso te cambie, si utilizas oro y no pegamento, podrías convertirte en todas esas personas que siempre has admirado. Tu propio héroe.
Cuando miras atrás y ves lo que has conseguido, estás diciendo: no tengo miedo, ¿qué más tenéis preparado para mí?
Un post muy… maduro, Esther. Te rompes, te guste o no. Te quiebras o te quiebran, sin que se te pida la opinión. A veces el corte es limpio y las piezas encajan con facilidad; otras la reparación requiere tiempo, pulso muy preciso, también la ayuda de un orfebre. Quizá miedo no, pero un poco de vértigo cuando el jarrón roza la esquina y tiene todos los puntos para que vuelva a caerse.
Gracias por tu optimismo, tu visión positiva de la vida. Tan necesario en este lugar llamado mundo.
Bsss, guapa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Sunsi!
Me alegra que también lo veas así. Somos quienes somos por todo lo que hemos pasado. Si sabes como utilizarlo, eso siempre te hace mejor.
Gracias por leerme, guapa.
¡Un beso muy fuerte!
Me gustaMe gusta
«Let me go
I don’t wanna be your hero
I don’t wanna be a big man
Just wanna fight with everyone else.»
FAMILY OF THE YEAR – «Hero»
Me gustaLe gusta a 1 persona
Para mi siempre ha sido más una cuestión de tiempo. O, por decirlo de otra manera, de serenidad. Todo tiene su sitio, hasta las roturas. Y qué precioso es darse cuenta. Y qué maravilloso es descubrilo.
Besitos
Me gustaLe gusta a 2 personas
Me ha gustado: «Cuando miras atrás y ves lo que has conseguido, estás diciendo: no tengo miedo, ¿qué más tenéis preparado para mí?» Os estoy esperando! Venid a por mí!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Claro que sí! Da un subidón de adrenalina cuando lo haces, ¿no?
Me gustaMe gusta